La instalación Aguas Vivas también aborda el fenómeno de las vibraciones, pero es, al menos desde un punto de vista mecánico, más simple. Un contenedor metálico, lleno de aceite quemado, un motor oscilante, ocho muelles. A diferencia de nuestros anteriores proyectos vibratorios, en éste comenzamos concentrándonos en la imagen más que en el sonido. En lugar de crear un sistema de algoritmos no lineales, decidimos construirlo físicamente. Se transmiten vibraciones al aceite y la superficie comienza a ondularse, en un cambio constante. La luz reflejada en la superficie del aceite se fragmenta al instante. Los resultados son capturados con una cámara de vídeo y proyectados en una pared. Las imágenes transmiten una enorme energía, en una transformación continua que resulta verdaderamente hipnótica. Figuras perfectamente organizadas dan paso a brochazos caóticos y, mientras, los únicos sonidos que produce la propia construcción son el chapoteo del aceite y algunos ruidos procedentes del motor y los muelles.
El primer prototipo, expuesto en TARt’96, Universidad de Twente, Enschede, Países Bajos, se remonta a 1996 y, desde entonces, el proyecto ha sido modificado en diversas ocasiones. En la exposición Midivisi (2001) en Z33, Hasselt, Bélgica, incorporamos por primera vez sonido amplificado y procesado electrónicamente. El contenedor, la fuente de luz (una cruz blanca de neón), la cámara y los micrófonos estaban situados en el mismo espacio. En un espacio adyacente, la imagen de vídeo se proyectaba junto con los sonidos procesados y amplificados, capturados del contenedor en movimiento, todo ello en tiempo real.
En ISEA 2002, Nagoya, Japón, estrenamos un nuevo formato, con dos proyecciones simultáneas. Una de las proyecciones es similar a la descrita al comienzo, y la otra muestra imágenes congeladas captadas en tiempo real del material original en constante transformación, revelando un mundo oculto. Esta transfiguración visual va acompañada de sonido, que, una vez más procesado, aparece como una especie de sonido congelado. La segunda capa, relativamente estática, compone un irresistible contrapunto al efecto vigoroso e hipnotizador de la otra proyección. En el verano de 2003 el trabajo se exhibió en la exposición “Del Mono Azul al Cuello Blanco” organizada en la Lonja del Pescado, Alicante. Aquí le añadimos un círculo a la imagen de una cruz, con lo que no sólo damos más variedad a las formas de luz emergentes, sino que también ampliamos el impacto psicológico de la pieza, asociándola a las innumerables imágenes de objetivos bélicos de las modernas cruzadas (Iraq, 2003), o simplemente la imagen típica de cuenta atrás que aparece al comienzo de una película. En noviembre 2003 esta versión recibió una mención honorífica en el certamen VIDA 6.0., Madrid.
En 2007, la obra se mostró en la exposición «El Medio es la Comunicación» en el Espacio El Tanque, Sta Cruz de Tenerife, España. Esta vez optamos por solamente una proyección en directo, compensada con creces por el tamaño de la proyección (4,5 x 3,5 m) y la impresionante acústica del espacio, un depósito de aceite vacío de 50 m de diámetro.
Especial agradecimiento a Günter Geiger por su asistencia en el desarrollo del software.